
Smartphone vs Goma de borrar
Será por deformación profesional, no sé si como psicólogo o como informático, pero hace tiempo sigo el dispar uso que de las tecnologías se hacen en el sistema educativo. Veo noticias sobre colegios que implantan el uso del iPad en sustitución de libros de papel, a la vez en algunos países como Francia se prohíbe el uso de los smartphone en las escuelas. En Andalucía sin ir más lejos hace no muchos años se repartieron ordenadores portátiles a alumnos de primaria, ordenadores que pretendían sustituir al libro de texto, pero sin embargo no se dotó a esos ordenadores de “software de texto”, no se formó al profesorado sobre el uso más adecuado de esos ordenadores, y más sorprendente aún, no se planificaron horas lectivas de aprendizaje de mecanografía para los alumnos que hicieran realmente productivo el uso de estos portátiles.
En mi consulta de psicología en Málaga a veces me preguntan algunos padres sobre la conveniencia o no del uso de la tecnología (Smartphone, tablet, portátiles, etc.) por los menores en la educación, y no tengo una fácil respuesta, como psicólogo sé que la motivación está en la base del aprendizaje y por tanto de la educación, por lo que el uso de tecnologías que hagan al alumno más agradable el estudio y la comprensión de conceptos será un acierto. Como tecnólogo he vivido el avance de la tecnología, que es vertiginoso, ¿se imaginan para qué serviría ahora a un usuario haber aprendido a programar en Basic un Commodore 64? (Para los más jóvenes, Basic es un lenguaje de programación en deshuso, y Commodore 64 uno de los primeros ordenadores personales económicamente accesibles, año 1984), ¿o en qué se parece un móvil Nokia o Motorola de los años 90 a un Smartphone actual?
En la educación, la tecnología, las nuevas y las antiguas, están aquí para quedarse y renovarse a una velocidad desconocida en la historia de la humanidad, por lo tanto no podemos renunciar a ellas, con todas sus ventajas, sin embargo no podemos olvidar que la tecnología, al igual que un libro, es solo un medio, y no el único, para que los alumnos alcancen unas competencias en diversas áreas como lingüística, matemáticas, culturales, y por supuesto competencias digitales adaptadas al mundo actual, y previendo un futuro cambiante.
Entonces el debate no radica en decidir si las nuevas tecnologías (PC, Tablet, Smartphone, Internet) son buenas o no para la educación, sino cómo debemos usarlas para realmente sean un aliado del sistema educativo en beneficio del alumno y del docente. Y ahí es donde radica la dificultad, en regular y planificar la educación en un mundo tecnológico en continuo cambio.

Juan Miguel Enamorado Macías (Málaga, 1968) es Psicólogo. Licenciado en Psicología por la Universidad de Málaga, está especializado en Psicología de adultos, terapia de parejas y sexualidad. Máster Universitario en Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Educación, divide su experiencia profesional entre la Psicología, la formación y las Nuevas Tecnologías. En este campo cuenta con una dilatada experiencia lo que hace que entienda de una forma muy especial los avances tecnológicos que estamos viviendo y cómo nos están afectando a todas las áreas de nuestra vida. Ese punto donde convergen la Psicología, la conducta humana y la tecnología. Además de atender su propia consulta en Málaga (www.psicologojmem.es), es editor de la web de divulgación psicológica Psicodifusión.